Los mapas como herramienta de cambio: Mapa de Barmaids & Afines, una plataforma gastro feminista y latinoamericana
Por Laura Marajofsky
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¿Por qué un Mapa?
Cuando cuento sobre el Mapa de Barmaids & Afines muchos me preguntan “¿por qué un mapa?”. Y yo suelo responder con un “¿por qué no un mapa?”. Desde el inicio de este proyecto siempre nos pareció importante poner la atención tanto en las redes que se tejen virtual como presencialmente, y un mapa online parecía la manera de combinar a la perfección ambas cosas: una comunidad online y proyectos que toman cuerpo en el mundo real a través de cientos de mujeres y minorías LGBTQIA+ trabajando en toda la región.
Además los mapas funcionan como herramientas de impacto social cuando nos ofrecen la posibilidad de visibilizar aspectos de la realidad que suelen pasar desapercibidos o que simplemente no están siendo vistos -en este caso el impacto de la fuerza de trabajo femenina-, conectan personas y ayudan a formar redes, y posibilitan la toma de conciencia sobre problemáticas. Como si eso no fuera suficiente, permiten transversalizar el análisis al hacernos entender que para ciertas cuestiones como los prejuicios o las violencias de género no hay fronteras geográficas: las vivencias son las mismas más allá de la latitud o la cultura. Los mapas también ayudan a construir identidad individual y colectiva, y por último, enriquecen nuestra idea de diversidad y patrimonio gastronómico.
Es por eso que elegimos que nuestra plataforma web se construyera sobre el trazado de mapas de países como Argentina y México entre otros. Desde hace unos años el Mapa trascendió los límites de Argentina para convertirse en algo más. Un espacio seguro para víctimas de violencias varias dentro del sector. Una referencia para la observación crítica y propositiva y el primer Observatorio de su clase en LATAM (que produce indicadores de género y salud en gastronomía). Un lugar de encuentro.
¿Qué hacemos?
El Mapa es la primera plataforma de visibilización y acción femenina y disidente en el rubro gastronómico en Latinoamérica. Somos una ONG basada en Buenos Aires, creada en 2018 que mapea mujeres y disidencias LGBTQIA+ gastronómicas en distintos países. Desde el comienzo entendimos la transversalidad de las problemáticas y desafíos de la industria, por eso abordamos tres áreas dentro del sector de la hospitalidad: género, salud y formación.
Venimos realizando actividades contra la violencia machista en la gastronomía desde el ámbito público y privado en distintos países de Latinoamérica como Perú, Chile, México y Uruguay, trabajando en conjunto con marcas, plataformas internacionales (Speed Rack, Healthy Hospo, Not9to5, The Chaad Project, etc) y articulando con comunidades y actores locales. Lo que se dice, hacer red, porque allí radica nuestra fortaleza y mayor valor.
¿Qué está pasando en términos de diversidad, inclusión y organización colectiva en el ámbito de la hospitalidad en América Latina?
En los últimos años las mujeres y LGBTQIA+ hemos ganado terreno en distintos ámbitos de la sociedad que han contribuido a una mayor visibilidad de nuestra participación ciudadana dentro y fuera del ámbito profesional y se ha sensibilizado a nuestro entorno respecto a los alcances de la discriminación por género -con una reflexión sobre lo que significan la igualdad y la equidad.
A pesar de semejantes progresos -que ha sido el resultado de la lucha permanente de mujeres y disidencias por nuestros derechos-, en 2025 la gastronomía en LATAM continúa siendo un espacio mayoritariamente masculinizado en donde se siguen presentando dificultades y limitaciones que obedecen a una forma de habitar el mundo en el que las mujeres y disidencias somos consideradas ciudadanas de segunda categoría -en el mejor de los casos- u objetos -en el peor de ellos. Esto queda en evidencia cuando se revisan cifras como la poca presencia femenina en puestos de mando o liderazgo, pay gap maltratos y abusos por parte de compañeros varones y superiores, invisibilizaciones y actitudes sexistas y discriminatorias, entre otras cosas.
La ausencia de datos de género hace que, justamente, cualquier experiencia particular de una mujer o disidencia en la cocina o el bar -en especial si se trata de un caso de éxito- tienda a generalizarse. Esto lleva a la falsa idea de que en la hospitalidad las violencias afectan a todas las personas por igual y el enfoque de género queda diluído. También impide que analicemos con enfoque diferencial las fallas de un sector como el de la gastronomía que es fuente de trabajo para muchas personas que van desde las que asumen tareas esenciales que no requieren escolaridad -aseo, transporte, carga, línea de trabajo en cocinas- hasta aquellas que han pasado por academias, educación no formal y educación superior.
Producción de indicadores de género y salud
Sin datos estamos a ciegas. Tener sustento estadístico es crucial para poder realizar diagnósticos adecuados y trazar estrategias y acciones alineadas con los principales desafíos y problemáticas del sector. Mantener la llama prendida en tiempos de crueldad resulta indispensable -más en el contexto argentino en el que se escribe esta editorial-, no solo como guía, quizás también como gesto de convicción y compromiso con los derechos de las mujeres y de las minorías, y con la creencia de que merecemos un mundo más justo, igualitario y diverso.
Por eso desde hace seis años venimos encarando la labor de generar datos de manera independiente desde nuestro Observatorio de Género y Salud para América Latina. En 2023 publicamos El Lado B de la Gastronomía el primer informe regional que indaga acerca de la percepción que tienen las mujeres y disidencias LGBTQIA+ que trabajan en el sector gastronómico en nuestra región sobre su situación laboral, las condiciones que viven cotidianamente y los tratos sexistas. Para poder aproximarnos más a la realidad y conocer las similitudes o diferencias que se presentan en los distintos contextos socioculturales en un continente tan vasto, compartimos un cuestionario en los tres países en los que, para entonces, teníamos representación directa: Argentina, Chile y México(1).
Los desafíos que se vienen en el sector de la hospitalidad en Latinoamérica requieren de una mirada crítica, innovadora y empática, y sobre todo, que sea desde el Sur para el Sur, pues las características y problemáticas de nuestra región no son comparables ni equiparables con las del Norte Global y, en esa misma medida, las soluciones deben surgir de aquí mismo de manera que atiendan adecuadamente a nuestras realidades.
Lo personal es político, también en la gastronomía
Dicho esto, no significa que muchas de las cosas que se están haciendo desde el Sur Global no puedan servir de inspiración para aportar otra mirada sobre los problemas de Norteamérica. En especial cuando desde países como Argentina no sólo tenemos una tradición de movimientos sociales muy arraigada y significativa que es faro en todo el mundo (incluyendo movimientos de derechos humanos como Las Madres de Plaza de Mayo y el Ni Una Menos, que mucho antes que el #Metoo ayudó a instaurar la figura legal de feminicidio en nuestro país y movilizó a toda la región en relación a las violencias de género y la desigualdad estructural). Este ADN de lucha, organización colectiva e inteligencia social imbuido en nuestra cotidianidad -que también nos llevó en 2020 a conseguir la legalización del aborto y a una movilización masiva este febrero– es junto con la famosa “creatividad argentina” forjada a lo largo de numerosas crisis esconómicas y políticas, algo que permite que organizaciones y proyectos a baja escala, en muchos casos auto-sostenidos o con poca estructura, salgan adelante y prosperen en sus esfuerzos.
El Mapa es la prueba de que aún siendo una entidad muy pequeña o con pocos recursos es posible hacer algo para cambiar la realidad que te rodea si es lo que te propones. No es necesario quedarse esperando que llegue el apoyo estatal o del sector privado -aunque sea deseable-, para juntarse, organizarse y construir colectivamente. Cuando charlo con mis amigos en norteamérica suelen sorprenderse de que una simple organización civil sin fines de lucro -que no recibe apoyo alguno- haya abordado temas tan complejos como una campaña de capacitación contra la violencia machista en bares y restaurantes en la ciudad de Buenos Aires; o la generación de indicadores propios desde un observatorio propio por fuera de lo que muestran “los números oficiales” -que no contemplan estas variables-, que luego son levantados tanto por la prensa local e internacional, como para campañas de marcas en vía pública, y que así como hoy ponen el foco en estos temas abriendo el debate en un futuro podrían ayudar a impulsar legislación.
Nuestra lógica fue simple porque ya la tenemos internalizada como argentinos: si para mover la agenda pública y lograr leyes se salió a obtener datos (nuestro país tiene numerosos observatorios independientes y muy serios dedicados a medir femicidios, brechas de género, etc), pues, lo mismo tenemos que hacer en la gastronomía con aspectos relativos a las violencias de género, la falta de salud integral y la precarización laboral. Si la solución fue crear redes virtuales y presenciales y tomar las calles para conquistar derechos, el Mapa también armó redes de protección, apoyo y encuentro durante estos años.
Vivir en países como Argentina donde el escenario cotidiano es cambiante nos enseñó a aprender a pivotear, improvisar o adaptarnos, solucionando problemas de forma creativa y sin depender de nadie, a veces con más ideas y ganas que dinero. Estas habilidades “blandas” son frecuentemente menospreciadas, sobre todo en sociedades del norte global en donde el marco institucional o los canales “oficiales” son demasiado valorados. Aptitudes de supervivencia que situaciones como una pandemia mundial, o que con la creciente recesión económica y el nuevo y desestabilizante panorama político en el mundo, podrían volverse cada vez más útiles y necesarias.
La industria de la hospitalidad en lugares como EEUU, y en especial para el sector medio (ni las grandes cadenas, ni los hoteles, ni la alta gastronomía), ganaría mucho sumando esta perspectiva de por un lado, empoderamiento individual y mayor autogestión, pero sin descuidar la construcción y organización colectiva por otro. Organización que no necesita de afiliación pero que sin dudas es política, si entendemos que la política atraviesa nuestras vidas, nos guste o no.
Agentes de cambio
¿Cómo puede la industria gastronómica adaptarse para garantizar el éxito a largo plazo y al mismo tiempo fomentar la innovación, la inclusión y la resiliencia? Nutrirnos de lo que sucede en otros lugares, conocer otras culturas y proyectos y la manera en que éstos encaran los mismos desafíos, salirnos de la lógica etnocentrista y por momentos ensimisma de que existe “un modo correcto” de hacer las cosas, es fundamental para evolucionar dentro de la industria.
Creemos que nuestra plataforma tiene una impronta innovadora, integrando la tecnología y el poder de los mapas, los movimientos sociales y feministas de Latinoamérica y la investigación seria en un proyecto que apunta no sólo a mejorar la industria, sino también a abrir nuevas discusiones e impulsar la agenda pública y política en nuestros países.
Existe unanimidad en cuanto a la falta de perspectiva de género en el ámbito gastronómico y a la necesidad de avanzar en estos temas. De lo que se trata ahora es de que research como el que hacemos puedan ser realizadas con mayor regularidad -y apoyo económico para que no recaiga todo sobre organizaciones como el Mapa-, en muchos más países de la región. Y que esto nos ayude a tomar decisiones informadas que permitan que el sector sea un lugar más seguro para cualquier persona que decida o tenga que trabajar en él.
*Laura es periodista especializada en cultura, sociedad y género, escribe en diversos medios Latinoamericanos como La Nación, Forbes, Crisis, Volcánicas, Malvestida, La Diaria y Anfibia. Es fundadora del Mapa de Barmaids & Afines, la primera plataforma de visibilización y acción para mujeres y disidencias en gastronomía en LATAM. Trabaja como consultora creativa y mentora de proyectos; investiga y es speaker sobre DEI en gastronomía.